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Este vecino se agotó de que la gente utilizara su piscina.

Cara a cara

Ante la clara evidencia Greg increpó a su vecina, ahora ella no podía negar nada. Pero la respuesta de ella lo dejó sin poder hablar, estaba anonadado. Ella muy suelta de cuerpo le dijo: “No se puede impedir que los niños usen la piscina”

Greg apretó los puños ante lo que ella había dicho. La furia y la impotencia se habían apoderado de él. “La piscina” era su piscina y nadie más tenía derecho a usarla sin su permiso. La miró con una rabia ciega

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